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  • Foto del escritor: Daniel Montañez
    Daniel Montañez
  • 23 feb 2020
  • 2 Min. de lectura

La música electroacústica y el lenguaje que la caracteriza, tienen su origen en la comunión de aspectos técnicos, reflexiones profundas sobre la escucha y la composición y desarrollos tecnológicos que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XX con el advenimiento de corrientes como la concrete musique en Francia bajo la guía de Pierre Schaeffer y la elektronische Musik originada en los estudios de Colonia, Alemania. Compositores de ambas vertientes, que difieren notablemente en sus medios de producción sonora, pero que compartían un interés por el replanteamiento del oficio de la composición desde los aspectos técnicos, tecnológicos, estésicos y estéticos, hermanaron sus técnicas y el conocimiento adquirido a través de la experimentación y dominio de los nuevos medios de la época, como la cinta magnetofónica y los osciladores análogos para dar inicio a una corriente musical con nuevas posibilidades para sintetizar sonidos y manipular con alto grado de detalle las muestras ya existentes. Surgió pues, la música electroacústica como medio para dar respuesta a nuevas inquietudes tímbricas y de orden procedimental, pues el proceso compositivo se vio considerablemente alterado al introducir factores como el soporte fijo y la gran variedad de posibilidades que ofrecía en términos acusmáticos.


Es entonces como se gestó un nuevo epicentro para el desarrollo de la música electroacústica en Columbia-Princeton, que dió lugar a planteamientos innovadores en el campo de la música para medios mixtos, o música mixta, en la que se observa la interacción entre la interpretación instrumental y los nuevos medios electrónicos que la transforman, complementan y la replantean. No es extraño, que este sea el lenguaje elegido para la realización de las piezas, teniendo en cuenta su versatilidad y connotación eminentemente mixta y variable en tiempo real.



  • Foto del escritor: Daniel Montañez
    Daniel Montañez
  • 3 feb 2020
  • 1 Min. de lectura

La pregunta por el gesto en la música tiene muchos matices debido al hecho de que ha sido abordada desde varias perspectivas diferentes. Sin embargo, las incógnitas suelen estar direccionadas primordialmente hacia la definición del gesto y sus características. Existen pues, en lo concerniente a este proyecto, dos acepciones particularmente útiles: El gesto visto como el movimiento que acompaña a la acción de un instrumentista y que puede o no ser partícipe directo en la producción sonora, y el gesto como agente generador de características tímbricas que permean el sonido y se imprimen en él. Existe también una tercera definición a la que es posible apelar para esclarecer impases terminológicos y es aquella que considera al gesto como un único sonido o un conjunto característico de sonidos, un movimiento descrito a nivel sonoro y musical. Estas tres definiciones delimitan el concepto de gesto y permiten comprender la relación directa que existe entre gesto y movimiento.



  • Foto del escritor: Daniel Montañez
    Daniel Montañez
  • 2 feb 2020
  • 2 Min. de lectura

SONUS IN MOTU: Cinco estudios sobre sonido, gestualidad y movimiento.


El presente proyecto debe su génesis a una preocupación por evidenciar la relación intrínseca entre conceptos de naturaleza aparentemente heterogénea, a saber, conceptos y abstracciones que provienen de fuentes distintas dentro de una misma disciplina. La música contiene dentro de sus múltiples y diversas acepciones y ramificaciones, los conceptos de sonido, movimiento, gesto (o gestualidad) y cuerpo, siendo este último relegado en mayor medida a las artes escénicas. Dichos conceptos se constituyen como piedra fundacional para menesteres teóricos y estéticos del proyecto, pues entre ellos se ha establecido relaciones de causalidad, jerarquía, dependencia e incluso, apatía. Dicho esto, cabe resaltar que el presente no es un proyecto de reconciliación o debate terminológico, sino más bien de plasticidad conceptual. Por consiguiente, tiene como objetivo principal poner de manifiesto nuevas relaciones intertextuales que surgen a partir de las ya existentes, valiéndose del extenso arsenal de posibilidades que ofrecen los lenguajes de la música electroacústica y la creación interdisciplinaria con las artes escénicas.


Por todo lo anterior, conviene trazar objetivos específicos que verán su sustento a través de la composición de cinco piezas en las que se tratarán y explorarán las nuevas relaciones que se gestarán a partir de la resignificación conceptual de la corporalidad en la música, el análisis del gesto y sus implicaciones performáticas, la transformación tímbrica del sonido, la síntesis en tiempo real usando sistemas de tracking interactivos y el uso consciente de elementos derivados de la observación analítica de nociones de movimiento en otras disciplinas para direccionar la creación y tratamiento de materiales sonoros.


Así pues a lo largo de la realización del proyecto, el cuerpo y el concepto de movimiento fungirán de diferentes maneras, a saber, como agentes generadores del sonido y componentes capaces de estructurar el discurso musical de las piezas. Para la elaboración y transformación del material sonoro, será necesario contemplar el cuerpo como vehículo de transmisión de movimiento, como instrumento de control que interactúa a través de mecanismos multimediales y como elemento de resignificación semiológica y discursiva.

Las piezas en cuestión, como se mencionó anteriormente, estarán enmarcadas dentro del lenguaje de la música electroacústica, comprendiendo el cuerpo como instrumento de gestualidad, el movimiento como parámetro y concepto generatriz y el sonido como vehículo integrador semiológico que completa la correlación que se ilustra en cada pieza y que se transmuta de acuerdo a la perspectiva que se aborde en cada una de ellas. En concordancia con lo anterior, el producto creativo que será resultado del proceso de análisis, reflexión, generación de conocimiento y composición, será de naturaleza multimedial, pues tendrá un componente visual performático y un componente sonoro que atestiguarán la interdisciplinariedad.


La pertinencia del proyecto en el ámbito de las industrias culturales y creativas, radica en su contribución a la generación de contenidos multimediales de corte interdisciplinario, la creación de obras musicales que propenden hacia la innovación y la expresividad, así como también el desarrollo de tecnologías y sistemas de comunicación y control que faciliten los procesos de interactividad e innovación a quien desee consultar la memoria del proceso.

Ahora bien, dicho esto resulta imperioso proveer un marco teórico referencial que contextualice y amplíe las nociones expuestas en la introducción, de manera que resulten menos áridas y su pertinencia, utilidad y relevancia se vean fundamentalmente esclarecidas.



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