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  • Foto del escritor: Daniel Montañez
    Daniel Montañez
  • 1 may 2020
  • 2 Min. de lectura

Para la cuarta pieza de Sonus in motu, el horizonte sonoro se amplía a nociones que trascienden la literalidad de movimiento y de relación sonora. En la línea de su predecesora, esta pieza se desenvuelve en el contexto de la meditación, la búsqueda de trascendencia y la dualidad que habita en los seres humanos. En el entorno meditativo, la concentración se torna vital para alcanzar diversos estados de conciencia. Sin embargo, alcanzar la claridad y enfoque necesarios para el estado meditativo puede ser una tarea ardua y demorada.


En escena, la intérprete encarna la dualidad a través de la superposición de planos editados conforme a la estética de la intimidad y recogimiento, ambiente propicio para alcanzar la relajación y tranquilidad. La composición del ámbito sonoro se centra en la representación sonora del estado meditativo, en el que todo intento por alcanzar la iluminación debe apaciguar el río interno de pensamientos e imaginación. Razón por la cual se construye una atmósfera de estatismo a través del uso de reverberaciones con una gran cantidad de feedback y un tiempo de decaimiento bastante amplio para asegurar la duración prolongada y aparentemente ininterrumpida de los samples de gongs, tam tams, semantron, cuencos tibetanos y campanas tubulares. En el tejido de la textura estática de la pieza, surgen de manera esporádica momentos de realce de diferentes frecuencias a través de resonadores que permiten focalizar la atención en la transformación tímbrica y el alargamiento de los eventos sonoros, además de aportar dinamismo a la masa sonora carente de desarrollo aparente.


La voz, juega un papel fundamental en las enseñanzas budistas para alcanzar la iluminación y por ello fue necesario grabar voces entonando el fonema "Om", sonido primigenio del universo según el budismo, en una frecuencia oscilante cercana al C# 2 con sobretonos a una octava de distancia, que se prolongan y se mimetizan con el resto del background compuesto por un sample granulado finamente asegurando la prevalencia de su consonancia a lo largo de toda la pieza. De igual manera, un sample de voz femenina recitando un mantra de sanación en sánscrito, granulado para desencadenar un proceso lento de repetición desfasada que difumina el significado de las palabras pero preserva su sonoridad ritualística, cambia el punto de atención del oyente de la mitad de la pieza hacia el final, cuando el matra es finalmente expuesto en su totalidad y continuidad original acentuando el final de la meditación seguido por el brillo de la iluminación.


La duración de la pieza (20 min), responde a la importancia del tiempo para establecer una sonoridad de tensa calma, de concentración intensa y de esfuerzo interno, así como la edición de video pone de manifiesto la dualidad de quien se dispone a concentrarse pero su ser interior y mente juegan en su contra. Una imaginación activa que distorsiona la realidad presente y se convierte en el camino para alcanzar la apertura de criterio y el desdoblamiento hacia el universo.


Sonus in motu: IV. "Sonus sanitatem" completa.


Patches en Supercollider y sesión de mezcla en Reaper



  • Foto del escritor: Daniel Montañez
    Daniel Montañez
  • 30 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

Esta es la pieza final de Sonus in motu, cierra el ciclo sonoro y brinda conclusión al trasfondo conceptual que acompaña a las piezas que le preceden de forma transversal. Es una reflexión sobre las implicaciones del cuerpo humano, la virtualidad, el entorno digital, el movimiento orgánico, el montaje discursivo, el rol del compositor y en un todo, como cada una de las piezas, sobre el sonido en movimiento.


En esta ocasión, se partió de un material visual previamente existente para edificar una narrativa sonora y un discurso musical a partir de él. Se solicitó a la intérprete que grabara una secuencia visual de su agrado, sin condicionamientos previos ni contexto alguno salvo que debía asumir un carácter dramático distanciándose de lo dancístico. Adicionalmente se le pidió que grabara dicha secuencia en silencio, sin ningún contexto sonoro que condicionara su interpretación de la narrativa que había elucubrado. Una vez estuvo terminada la secuencia y después de verla una y otra vez para dilucidar el sonido impreso en ella a través de la interpretación compositiva, se procedió a elaborar el material sonoro, teniendo como base un número aproximado de 350 samples de dominio público, seleccionados y curados de manera que hiciesen alusión a lo digital, lo mecánico, lo cibernético y lo industrial, como sugería el material visual recibido.


El proceso que se desencadenó después, dio como resultado una pieza impredecible para este servidor, que alcanzó dimensiones insospechadas y que me obligó a salir de mi zona de confort pues a diferencia de las otras 4 piezas, en ésta el material sonoro no dependía exclusivamente de mi propia creatividad y se desenvolvía en un ámbito narrativo que yo no había concebido... en un principio. A través de la edición digital de video, fue posible construir una secuencia distinta, que se amoldara a la narrativa que había suscitado el material original y que llevara el movimiento, la corporalidad, el discurso y el sonido al plano digital, con todas sus implicaciones.


Esta pieza vio la luz de diversas maneras, asumiendo la composición desde el sonido, el gesto, el movimiento, el cuerpo y el video, integrando de manera conjunta y simultánea el ámbito sonoro con el visual, pues ambos partieron de insumos previos que se transformaron en favor de la narrativa discursiva y se constituyen como mezcla homogénea dentro de la pieza. Fue necesario crear movimiento sintético, acompañado de sonoridades de corte electrónico que dotaban a la pieza de la frialdad y exactitud de las máquinas, muestras procesadas con resonadores y reverberaciones, recortadas, alargadas, ralentizadas, aceleradas, puestas en reversa y reorganizadas para representar el universo sonoro de un cuerpo sintético traído al plano de lo humano, de lo frenético y de lo profundo.


Es entonces como esta pieza sintetiza el sincretismo de influencias y saberes, pone al compositor a componer ese sonido en movimiento para trascender lo material y recontextualizar la humanidad de la música y la danza.


Sonus in motu: V."Ego moventur ergo, sono" completa.

Sesión de mezcla en Reaper y edición de video en Vegas




"Variaciones para una puerta y un suspiro" Pierre Henry, Maurice Béjart 1963


Esta pieza del compositor francés Pierre Henry es un referente sólido de la integración de la música y las artes escénicas en su forma dancística de una forma que replantea el contexto y la semiología del movimiento y el sonido, creando así una gestualidad novedosa a pesar de los códices impresos en el material sonoro y el material visual. Para esta pieza, la intérprete, una bailarina de ballet, hilvana un discurso de movimiento y puesta en escena fruto del diseño coreográfico de Maurice Béjart como respuesta al material sonoro de la música concreta provisto por Henry. Es entonces como esta pieza refleja un antecedente directo de las nociones desarrolladas y replanteadas en mi proyecto, pues incursiona en la misma premisa por el desarrollo de una nueva gestualidad que obedezca a diferentes contextos y se cree en simultáneo, así exista material preconcebido.




"Sinfonía para un hombre solo" Pierre Schaeffer, Pierre Henry 1949-1950


Esta pieza es un referente directo para el trabajo desarrollado en la pieza número 5, en la que la intérprete imprime el carácter narrativo, descriptivo y evocativo de una escena en sus movimientos, haciendo alusión a un contexto sonoro que se transforma y la transforma. Para Sonus in motu, el cuerpo se convierte en instrumento, lienzo de gestualidad y vehículo de suma expresividad, y en todas las piezas encarna el cuerpo del sonido, humaniza lo etéreo y dota de expresividad insospechada el proceso de la máquina. La intérprete en soledad, refleja su cotidianidad y su crisis, que desencadena un despertar convulso del movimiento interno y exterioriza su gestualidad presente y soñada.


En palabras de Pierre Schaeffer:


"The lone man should find his symphony within himself, not only in conceiving the music in abstract, but in being his own instrument. A lone man possesses considerably more than the twelve notes of the pitched voice. He cries, he whistles, he walks, he thumps his fist, he laughs, he groans. His heart beats, his breathing accelerates, he utters words, launches calls and other calls reply to him. Nothing echoes more a solitary cry than the clamour of crowds."


Schaeffer, Pierre. 1952.A la recherche d'une musique concrète. Paris, Éditions du Seuil.




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