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Sonus in motu: V. "Ego moventur ergo, sono"

  • Foto del escritor: Daniel Montañez
    Daniel Montañez
  • 30 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 4 may 2020

Esta es la pieza final de Sonus in motu, cierra el ciclo sonoro y brinda conclusión al trasfondo conceptual que acompaña a las piezas que le preceden de forma transversal. Es una reflexión sobre las implicaciones del cuerpo humano, la virtualidad, el entorno digital, el movimiento orgánico, el montaje discursivo, el rol del compositor y en un todo, como cada una de las piezas, sobre el sonido en movimiento.


En esta ocasión, se partió de un material visual previamente existente para edificar una narrativa sonora y un discurso musical a partir de él. Se solicitó a la intérprete que grabara una secuencia visual de su agrado, sin condicionamientos previos ni contexto alguno salvo que debía asumir un carácter dramático distanciándose de lo dancístico. Adicionalmente se le pidió que grabara dicha secuencia en silencio, sin ningún contexto sonoro que condicionara su interpretación de la narrativa que había elucubrado. Una vez estuvo terminada la secuencia y después de verla una y otra vez para dilucidar el sonido impreso en ella a través de la interpretación compositiva, se procedió a elaborar el material sonoro, teniendo como base un número aproximado de 350 samples de dominio público, seleccionados y curados de manera que hiciesen alusión a lo digital, lo mecánico, lo cibernético y lo industrial, como sugería el material visual recibido.


El proceso que se desencadenó después, dio como resultado una pieza impredecible para este servidor, que alcanzó dimensiones insospechadas y que me obligó a salir de mi zona de confort pues a diferencia de las otras 4 piezas, en ésta el material sonoro no dependía exclusivamente de mi propia creatividad y se desenvolvía en un ámbito narrativo que yo no había concebido... en un principio. A través de la edición digital de video, fue posible construir una secuencia distinta, que se amoldara a la narrativa que había suscitado el material original y que llevara el movimiento, la corporalidad, el discurso y el sonido al plano digital, con todas sus implicaciones.


Esta pieza vio la luz de diversas maneras, asumiendo la composición desde el sonido, el gesto, el movimiento, el cuerpo y el video, integrando de manera conjunta y simultánea el ámbito sonoro con el visual, pues ambos partieron de insumos previos que se transformaron en favor de la narrativa discursiva y se constituyen como mezcla homogénea dentro de la pieza. Fue necesario crear movimiento sintético, acompañado de sonoridades de corte electrónico que dotaban a la pieza de la frialdad y exactitud de las máquinas, muestras procesadas con resonadores y reverberaciones, recortadas, alargadas, ralentizadas, aceleradas, puestas en reversa y reorganizadas para representar el universo sonoro de un cuerpo sintético traído al plano de lo humano, de lo frenético y de lo profundo.


Es entonces como esta pieza sintetiza el sincretismo de influencias y saberes, pone al compositor a componer ese sonido en movimiento para trascender lo material y recontextualizar la humanidad de la música y la danza.


Sonus in motu: V."Ego moventur ergo, sono" completa.

Sesión de mezcla en Reaper y edición de video en Vegas




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